La revelación no es recíproca Tu relación con la Verdad no involucra, en modo alguno, la reciprocidad. ¿Qué podrá ser más blasfemo para Dios, o, en realidad, para ti, que pedirle a él un favor? Continúas tratando de negociar con la verdad. Estás jugando un juego de perdedores. Continúas tratando de apostar lo que tienes contra lo que él es. Terminas con nada y él sigue siendo Todo. Tener únicamente es SER. |